Bristol y Bath
Hacía mucho tiempo que Marisa y yo no nos escapábamos los 2 sólos,así que con la excusa de nuestro aniversario,comencé a buscar un vuelo barato a "cualquier sitio" . Cualquier sitio es siempre un buen destino y muchas veces sorprende más que otros destinos conocidos. El sitio elegido por horario y precio fue Bristol, con Ryanair.Ya sabéis, equipaje de mano,lo imprescindible y hasta la riñonera dentro de la maleta. No buscábamos un fin de semana de relax para no hacer nada,pero tampoco exprimir la ciudad y visitar todas las atracciones posibles. Nuestro objetivo estaba más cercano a pasear tranquilamente por Bristol,conocer Bath, tomarnos unas cuantas cervezas y disfrutar de la buena gastronomía inglesa. (Os lo juro que la hay...). Aun así nos levantamos muy temprano los dos días y creo que aprovechamos mucho el tiempo.
Visita a Bath
Salimos desde la estación de tren de Temple Meads y en 15 minutos estábamos en Bath. El camino en tren fue muy agradable con campos verdes a ambos lados y el Rio Avon serpenteando junto a las vías.
Bath es conocida como ciudad Balnearia desde la época de los romanos.Posteriormente la aristocracia inglesa disfrutaría aquí de las aguas termales que todavía hoy emanan. No visitamos las termas romanas,ya que andaban con reformas y un andamio tapaba parte de su fachada,con lo que nos contentamos con verlas desde fuera y dimos un gran paseo por toda la ciudad.
Bath cuenta con una gran zona comercial peatonal y varias zonas ajardinadas. Es increible como crece la hierba por estos lares. Nada que ver con Alicante.
Sobre el puente del Rio Avon hay una galería de tiendas muy
antiguas.Esta de mapas era una pasada con mapas de época certificados a
unos precios...
A la derecha están situadas las termas romanas. Dicen que son de las mejores conservadas de toda Europa, pero tambíen dicen que han sufrido alguna modificación por los nobles ingleses...
The Circus es una plaza cerrada por edificios victorianos, con un gran árbol en medio.Estas típicas casas inglesas,cuentan con una escalera abjo, desde la que se dejaba entrever las acogedoras estancias.
Y caminando llegamos hasta el Royal Victoria Park.Ardillas,hierba árboles enormes y muchos caminos para pasear.Para perderse con un buen libro o en mi caso con la mejor compañía.
Comienza la visita a Bristol
Al medio día ya estábamos en Bristol,ya que salimos muy temprano por la mañana. Esta ciudad tiene un encanto especial y a mi personalmente me recuerda mucho a la evolución sufrida por Bilbao en los últimos años. Bristol cuenta con un pasado portuario más que respetable y pasó de ser puerto de esclavos y piratas en su época a ser uno de los grandes puertos comerciales de Gran Bretaña. Todo esta trayectoria como es normal hizo mella en la ciudad y a fecha de hoy le han dado la vuelta a esta trayectoria. Han reconvertido los muelles en espacios culturales,restaurantes,zonas abiertas de ocio y recreo... Bristol combina zonas "feas", con zonas históricas,zonas modernas y auténticos jardines kilométricos. Una combinación que no te deja indiferente. Una ciudad que ha arrebatado a Bruselas el título de capital verde de Europa y apuesta por energías limpias,gestión adecuada el agua...e incluso ha creado su propia moneda para potenciar la economía local. Este artículo es muy interesante.
En esta torre que se ve al fondo se encuentra la entrada a la univesidad de Bristol. Parece salida de una película de Harry Potter. Y no os digo nada de la costereta...
Y también llegó la hora del típico pub Inglés. El King William Ale House fue perfecto y comimos allí con unas buenas pintas de cerveza. Tenía una barbaridad de grifos para elegir. Este pub tiene licencia desde 1670 y figura como edificio protegido. Seguro que algún pirata inglés pilló aquí una buena tajada.
La zona de Harbourside en la que estaba el hotel, es muy agradable y ha mezclado zonas modernas con los antiguos edificios de los muelles. Esta plaza de cristal y agua era muy relajante.
Pero tambíen había hueco para los grandes clásicos, como las cabinas rojas de teléfono. Esta en concreto estaba situada en Clifton,donde se encuentra el impresionante Suspension Bridge de Bristol.
Y una vez recorrido el puente, en el que cobran un peaje de 50 peniques a los coches fuimos a buscar otra vista de la garganta del Avon desde una cima cercana. Me imaginaba como machacarían a los barcos enemigos cuando intentaran entrar hacia Bristol. Muerte segura.
La vistas desde la Cabot Tower.
Fue un fin de semana de no parar,de andar mucho y de reirnos también. Comimos muy bien y probamos muchas variedades de cervezas,si bien para la espectacular cena en el Restaurante Glasssboat optamos por un vino español...jejejej Aqui tenéis la web
Glassboat
Y estos son los entrantes,platos principales y postres que probamos...